La salida se dispuso en un estrechísimo callejón, desde el que pronto salió para dirigirse a las calles más anchas, donde transcurrió toda su lidia.
Lidia que resultó interesante, con el toro sin entregarse y estando reservón, pero realizando arrancadas muy peligrosas, haciendo hilo y no siendo nada fácil cortar sus embestidas.
También dio juego en un arbol, donde se encaramaron varios aficionados, allí remató en el tronco, buscando a los recortadores arriba subidos.
Tras esto fue encerrado con los cabestros de manera rápida y sin problemas, finalizando así una lidia corta pero intensa.
Buen toro el de La Campana, que a pesar de la corta exhibición y de no entregarse, dejó entrever casta y genio.